EN MIS MANOS
Y ni siquiera
pisaré el polvo
de la luna
y mujeres
seguirán bailando solas
y vendrá el silencio
a buscarme
misterioso,
mas no se aflige
el corazón
en el intento
porque tengo
oquedades
en las manos
donde justo cabe
el cuerpo tuyo.
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