OPUS 216
Vi
la nieve
al final de los
caminos
y un arcoiris
cobijando mis
derrotas.
Vi
la luna
asomando en
Ñirehuao,
ojo
estupefacto
en medio de la
noche.
Vi
al cóndor,
como una daga negra
rasgando la
neblina.
Vi
un pétreo jinete,
enhiesto, coronado,
cabalgando a
contraluz
y vi,
por un segundo,
todos los otoños de
mi vida,
como una postal
clavada en la pared
del firmamento
y con ustedes,
yo
y tu conmigo,
siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario